Recientemente, tuve el privilegio de presentar una charla la cual puse por nombre: ¡El nuevo Yo sin Barreras!

Se preguntarán ¿Cuál es el origen de ese nombre? Para responderles, permítanme traer a memoria que, hasta inicios de año, antes de que nuestro estilo de vida se viera tan afectado por la nueva normalidad; estábamos inmersos en un ritmo acelerado, dónde todo era urgente y las prioridades no estaban necesariamente en el mismo orden de lo que realmente es más importante en la vida de un ser humano (Mateo 6:34, Eclesiastés 1:3).

El impacto sanitario, social, económico, emocional que sobrevino después nos hizo replantear absolutamente todo; descubrir ese nuevo Yo que conforme los meses transcurrían se adaptaba de mejor manera a lo desconocido.

Aprendimos que las cosas más valiosas e importantes de la vida son aquellas que se dan con el alma, las que tiene un precio incalculable; aprendimos que “todo tiene su tiempo, y todo los que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; … tiempo de llorar, y tiempo de reír;” como se muestra en Eclesiastés 3:1-4.

Con todas estas lecciones aprendidas en este 2020, nos dimos cuenta de que las barreras muchas veces se encuentran en nuestras mentes, esa primera reacción que es natural al enfrentar una situación desconocida; que nos paraliza pero que requiere de una reacción inmediata. Hemos descubierto que ante la adversidad gran parte de la victoria radica en la forma que la gestionemos, en cómo lo asimilemos y las acciones que tomemos para superar esos retos.

Ese nuevo Yo sin Barreras, es este ser humano resiliente en el que me he convertido, que se venía formando desde hace un tiempo atrás pero que, por las presiones que añadimos a la vida, no lograba reconocerle y darle la bienvenida.

Es este ser humano lleno de fe, que ha aprendido a depositar su confianza y a creer en las promesas: “bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.

La vida está llena de retos, pruebas; la diferencia radica en que las barreras que antes me limitaban, he decidido dejarlas a un lado para seguir construyendo ese camino de superación.

 ¿Qué aún tengo muchos obstáculos que superar? Por supuesto, pero estoy en el proceso y sobre todo sé que mi vida como la tuya está llena de propósitos que serán una realidad a su debido momento (Isaías 40:31 Efesios 6:10).

¡Así que sigamos, escribiendo nuestra vida con tes, añadiéndole valor, estima y una inagotable gratitud por todo lo que hemos alcanzado!  

Me despido agradeciendo la oportunidad de compartir mis pensamientos y un poco de mi historia.

¡Hasta la próxima!

The new Me without Barriers

Recently, I had the privilege of presenting a talk which I called: The new Me without Barriers!

You may wonder what is the origin of that name? To answer you, let me remind you that until the beginning of the year, before our lifestyle was so affected by the new normal; we were immersed in a fast pace, where everything was urgent and priorities were not necessarily in the same order as what is really most important in the life of a human being (Matthew 6:34, Ecclesiastes 1: 3).

The health, social, economic, and emotional impact that occurred later made us rethink absolutely everything. Discovering that new persona, that as the months went by, better adapted to the unknown.

We learned that the most valuable and important things in life are those that are given with the soul, those that have an incalculable price; We learned that “For everything there is a fixed time, and a time for every business under the sun. A time for birth and a time for death; a time for planting and a time for uprooting…A time for weeping and a time for laughing;” as shown in Ecclesiastes 3: 1-4.

With all these lessons learned in 2020, we realized that barriers are often found in our minds, that first reaction that is natural when facing an unknown situation that paralyzes us but requires an immediate reaction. We have discovered that in the face of adversity, a large part of victory lies in the way we manage it, in how we assimilate it and the actions we take to overcome those challenges.

That new me without barriers, is this resilient human being that I have become, who had been forming for some time but who, due to the pressures that we add to life, could not recognize and welcome myself.

It is this human being full of faith, who has learned to place his trust and to believe in the promises: “My grace is enough for you, for my power is made complete in what is feeble. Most gladly, then, will I take pride in my feeble body, so that the power of Christ may be on me.”  2 Corinthians 12: 9.

Life is full of challenges, trials. The difference lies in the fact that the barriers that previously limited me, I have decided to put aside to continue building that path of improvement.

 What do I still have many obstacles to overcome? Of course, but I am in the process and above all I know that my life like yours is full of purposes that will be a reality in due course (Isaiah 40:31 Ephesians 6:10).

So let’s go on, writing our lives with esteem, adding value, respect and inexhaustible gratitude for all that we have achieved!

I say goodbye thanking the opportunity to share my thoughts and a bit of my story.

Until next time!