120 días

120 días para formar hábitos

En un tiempo estimado de 120 días o cuatro meses se pueden comenzar a notar los cambios de hábitos que una persona aplica en la constancia, determinación, disciplina y elegir cada día avanzar un paso más hacia la meta que se ha propuesto cumplir.

En estos 120 días podremos encontrar altos y bajos, aciertos y desavenencias que nos hacen tomar dos caminos: abandonar nuestro esfuerzo o llenarnos de fe y dar un paso adelante aún con nuestras mentes llenas de dudas.

Y en estos 120 días he visto como Dios nos coloca en el lugar exacto para llenarnos de su sabiduría, gozo, paz y una fuerza inquebrantable para ir a enfrentar a cualquier gigante.

En lo natural, todo aparentemente puede estar en nuestra contra. Sin embargo, en lo espiritual, el Dios en el que creemos, en el que confiamos; va delante nuestro abriendo caminos que parecen imposibles de abrir. Lo que para nosotros es dado por perdido, para Dios es el momento perfecto de mostrar su gloria.

Hoy que en el cristianismo celebramos la entrada triunfal del Hijo de David a Jerusalén para cumplir con la misión más importante de la humanidad, es un recordatorio que aquel que creó el cielo y la tierra, está con nosotros y por nosotros ante cualquier circunstancia.

En la lectura de Mateo 21: 1 – 11 encontramos <<La entrada triunfal en Jerusalén: Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envío dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga. Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es este? Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.>>

Sea cual sea nuestras circunstancias, con jubilo y acción de gracias levantemos las palmas para dejar entrar de manera triunfal al Salvador en nuestras vidas y tome el control de cada aspecto.

Que estos 120 días de cambios sean parte del entrenamiento que necesitamos para avanzar a cosas mayores.

Estos hábitos que estamos adquiriendo sean las semillas de nuevas cosechas, el renuevo de nuestra determinación para saber que en un tiempo estimado de 120 días, veremos proezas.

¡Hasta la próxima!

Deja un comentario Cancelar respuesta