La sábila o mejor conocida aloe vera es una planta de la familia de las suculentas que ha sido cultivada desde tiempos antiguos y a la que se le atribuyen amplias propiedades favorables para la salud, la belleza, tratamientos alternativos para el cuidado de la piel, cabello, estómago entre muchos otros beneficios.
Existen más de doscientos tipos de aloe dentro de las cuales se estiman que únicamente cuatro son para consumo humano, sin embargo popularmente a todas se les llama aloe vera. El común denominador que tienen estas especies son el gel y la aloína.
El gel es el fruto de la planta, de textura carnosa que concentra una rica comisión de vitaminas, minerales y otros nutrientes. La aloína por su parte, es el compuesto amargo y verdoso o en algunos casos amarillento en forma de látex que se desprende al cortar o herir la planta, conteniendo en sí beneficios en sus componentes.
Lo interesante de este proceso es que al momento de la extracción, los dos están tan unidos que es necesario dejar reposar la hoja del aloe para que esa hiel salga y se pueda hacer uso del gel. Sin embargo, mientras están dentro de la hoja, están conectados en su mismo lugar, siendo ambos tan necesarios como vitales para la esencia de la planta.
Así que mientras cortaba una planta de aloe vera y realizaba el proceso de limpieza para obtener el gel, fue una metáfora que me hizo ver lo que ocurre en nuestras vidas entre las alegrías y las desavenencias.
Todos deseamos tener una vida plena y feliz, sin mayores sobresaltos o pruebas; pero las adversidades son inherentes al ser humano como lo son los momentos de gozo. Tanto las alegrías como los momentos difíciles son procesos que sí o sí debemos enfrentar a lo largo de nuestro caminar; simplemente llegan porque son parte del trayecto que debemos de recorrer y esa es la vida real que a todos nos toca enfrentar (Salmos 34:19).
No existen los caminos de rosas, la absoluta felicidad porque todas las emociones son necesarias para enseñarnos a valor los tiempos y a entender que la vida se pasa frente a nosotros y debemos vivirla porque el reloj no se detiene y no espera a nadie (Eclesiastés 3:1).
Entre esa hiel que encontremos existirán desilusiones, lágrimas, dolor, desesperanza, frustraciones, ansiedad, estrés, y tantos otros calificativos que añadimos a nuestro vocabulario en base a nuestras experiencia de vida; pero tal como se limpia la planta de aloe vera para obtener su fruto saludable, nutritivo y valioso; así nosotros mismos gestionaremos esa tristeza, amargura para que no se quede en nuestro interior y pueda fluir, y únicamente sea utilizado como un instrumento para forjar nuestro carácter, nuestros valores como el seguir adelante (2 Corintios 1:6).
El proceso no será cómodo y sencillo, y en ese tiempo nos confundiremos y cuestionaremos tantas cosas, pero nunca se dijo que sería fácil. Lo que se nos dijo es que confiemos que venceremos las dificultades y que Jesús estará con nosotros porque él también sufrió nuestros dolores y a través del Espíritu Santo será nuestro consuelo que nos hará obtener el fruto valioso que existe en nuestro interior (Juan 14:26, Juan 16:33).
Sobre cada uno de nosotros, existen hermosas promesas y propósitos, recordando que al final del camino, todas las cosas obran para bien y existe un gran aprendizaje en cada obstáculo que superamos porque cada uno de nosotros es un regalo especial de la creación (Salmos 71:21, Mateo 5:4).
¡Hasta la próxima!
Aloe vera
The aloe or better known aloe vera is a plant of the succulent family that has been cultivated since ancient times and its extensive properties are attributed favorable for health, beauty, alternative treatments for skin care, hair, stomach among many other benefits.
There are more than two hundred types of aloe within which it is estimated that only four are for human consumption. However, all are popularly called aloe vera. The common denominator that these species have are gel and aloin.
The gel is the fruit of the plant, with a fleshy texture that concentrates a rich commission of vitamins, minerals and other nutrients. Aloin, on the other hand, is the bitter and greenish compound or in some cases yellowish in the form of latex that comes off when cutting or injuring the plant, containing benefits in its components.
The interesting thing about this process is that at the time of extraction, the two are so close that it is necessary to let the aloe leaf rest so that the gall comes out and the gel can be used. However, while they are inside the leaf, they are connected in the same place, both being as necessary as vital to the essence of the plant.
So while I was cutting an aloe vera plant and going through the cleaning process to get the gel, it was a metaphor that made me see what happens in our lives between joys and disagreements.
We all want to have a full and happy life, without major shocks or tests, but adversities are inherent to the human being as are moments of joy. Both the joys and the difficult moments are processes that we must face throughout our journey. They simply arrive because they are part of the journey that we must travel and that is the real life that we all have to face (Psalms 34:19).
There are no easy ways to absolute happiness because all emotions are necessary to teach us to value the times and to understand that life passes in front of us and we must live it because the clock does not stop and does not wait for anyone (Ecclesiastes 3: 1).
Among that gall that we find, there will be disappointments, tears, pain, hopelessness, frustrations, anxiety, stress, and many other qualifiers that we add to our vocabulary based on our life experiences. However, just as the aloe vera plant is cleaned to obtain its healthy, nutritious and valuable fruit, we will manage that sadness, bitterness so that it does not remain inside us and can flow, and is only used as an instrument to forge our character, our values such as moving forward (2 Corinthians 1:6).
The process will not be comfortable or easy, and in that time we will get confused and question so many things, but it was never said that it would be easy. What we were told is that we trust that we will overcome difficulties and that Jesus will be with us because he also suffered our pains and through the Holy Spirit he will be our consolation that will make us obtain the valuable fruit that exists within us (John 14:26, John 16:33).
Above each one of us, there are beautiful promises and purposes, remembering that at the end of the road, all things work for good and there is great learning in each obstacle that we overcome because each one of us is a special gift of creation (Psalms 71:21, Matthew 5: 4).
Until next time!