Febrero es el mes del amor y la amistad, celebrando el amor desde donde se quiera ver.
Con la llegada del mes de febrero, el segundo mes del año; la mercadotecnia se acelera para generar ventas entorno a la mundialmente conocida celebración del mes del amor y la amistad, haciendo énfasis en las relaciones de pareja por el día de San Valentín.
Viendo la temporada fuera de las campañas publicitarias, es un tiempo para celebrar el amor desde el lado donde se quiera ver, ya sea en el amor propio, en el amor al prójimo, en el amor a la vida, a la pareja, a los amigos y así sucesivamente hasta que la lista incluya las prioridades de cada cual.
Especialmente en los tiempos que vivimos, construir relaciones saludables son más necesarias que nunca; es así que cuando nos damos cuenta que “en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echar fuera el temor“; se vuelve una parte vital para relacionarnos con nuestro entorno.
Cada una de las experiencias que vamos adquiriendo nos va conectando con el tipo de relaciones que deseamos forjar con los demás; por esa razón, debemos volver a lo simple, a lo prioritario, a la sencillez de ver en las pequeñas cosas lo valioso que nos rodea y encontrar el amor en la amistad.
Encontramos en 1 Corintios 13:4 – 7:”El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo soporta.”
Y que regalo tan grande podemos darnos los unos a los otros si somos la expresión de la bondad y el amor de Dios en cada aspecto de nuestra vida, ya sea en nuestro rostro, mirada, sonrisa, acciones; en el día a día.
Bien es conocido que la felicidad no es la ausencia de problemas, es la capacidad de tratar con ellos sin importar las circunstancias que atravesemos; porque en el desierto saldrán nuestras mejores victorias.
“Y Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” encontramos en Romanos 8:28; desde esta perspectiva hagamos de la felicidad un estilo de vida, el camino y no el destino.
Por esa razón, demos gracias que nunca nos falte el camino que nos lleva a nuestros sueños, el amor que nos humaniza y la razón que nos equilibra.
Amémonos los unos a los otros, con afecto de amigos, de hermanos, de pareja para que en el día que tengamos desavenencias, se quite de toda amargura, enojo, ira que no nos permite avanzar (Efesios 4:31).
El secreto de nuestro éxito, lo determina nuestra agenda del día a día,; agreguemos en ella lo que deseamos cumplir, lo que nos alimente, lo que nos brinde la paz, el gozo, el amor, la amistad, la alegría (Romanos 12:18).
En el mes del amor y la amistad, celebremos el amor desde donde se quiere ver, con acción de gracias a la vida, a la salud, a todo lo que hemos alcanzado y con la ayuda de quienes lo logramos.
No ha sido un recorrido en solitario, ha sido un recorrido en amor y amistad.
¡Hasta la próxima!